Quienes estamos inmersos en el trabajo y estudio del
fenómeno que representa la inclusión de las TIC en los contextos educativos,
nos encontramos a menudo con la oportunidad de presenciar cantidad de eventos
académicos, con el objetivo de debatir, informarnos sobre las tendencias
educativas en prospectiva, conocer innovaciones tecnológicas, pero sobre todo
discutir acerca de cómo la escuela deberá afrontar el reto de asumir la
tecnología como un elemento que ayude a mejorar la calidad de la educación para
la formación de los ciudadanos del futuro. En estas discusiones y ponencias
magistrales, a menudo se discuten las situaciones que los actores del entrono
escolar enfrentan en su cotidianidad. Una de las situaciones más recurrentes es
la pugna entre las “grandes habilidades de los niños para interactuar con los
dispositivos tecnológicos”, versus “las falencias del docente” en este mismo
rubro. Para calmar la angustia o impotencia que el docente puede sentir al ver
que sus alumnos saben más que él (en este y en cualquier tema), suelen salir al
rescate las siguientes afirmaciones: “Los niños saben más porque han nacido en
esta era digital, mientras que los adultos están aprendiendo a utilizarlas”; “no
es que sepan más, sino que nacen con un chip
que les permite utilizar naturalmente los dispositivos, para los maestros todo
esto es nuevo”; “los niños son nativos
digitales mientras que los maestros son inmigrantes digitales”.
Sobre estos conceptos, que son aparentemente indisolubles
uno del otro, es decir que la existencia del primero es correspondiente con la
del segundo (como bueno-malo; moderno-obsoleto; innovador-perpetuador, etc),
vale la pena detenerse a reflexionar las implicaciones de su empleo y su
vigencia, porque su empleo no solamente se reduce a nombrar o etiquetar unas
características específicas de las personas, sino que nos dice “algo” de la
concepción que se tiene sobre la forma de abordar los retos de la apropiación de
la tecnología en la educación; y por otra parte, su vigencia, igual que la de
muchos neologismos surgidos de este ámbito, es propensa a caducar con la
velocidad de los cambios propios de nuestra era.
El surgimiento de estos conceptos es atribuido al profesor
norteamericano Marc Prensky, quien propone un necesario replanteamiento de los
sistemas educativos, en función de las características y habilidades de
pensamiento que los alumnos nacidos en la era digital (nativos digitales) requieren
desarrollar en el marco de su cotidiano contacto y uso de las tecnologías, dentro
de un sistema educativo que se contrapone, conformado por maestros o
instructores nacidos en una era pre-digital (inmigrantes digitales) cuyas
estructuras de pensamiento son opuestas a las de los chicos, determinadas estas
diferencias por la edad y la cultura en la que fueron educados los sujetos.
Prensky, pone sobre la mesa las diferencias fundamentales entre nativos
digitales e inmigrantes digitales, donde quiero destacar lo siguiente, citando
elementos de la neurociencia, donde se afirma que diversas clases de
experiencias conducen a diversas estructuras cerebrales: “la afirmación nos
hace pensar que, debido a dicha instrucción tecnológica, los cerebros de nuestros
jóvenes experimentan cambios que los convierten en diferentes a los nuestros”.
Una afirmación polémica, sobre la que volveré más adelante.
Otras distinciones importantes son las que siguen:
Nativos digitales
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Inmigrantes digitales
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Quieren recibir información de forma ágil e inmediata.
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Instruyen de manera lenta y seriamente, paso a paso dentro de un
orden. (como ellos fueron instruidos también)
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Se sienten atraídos por multitareas y procesos paralelos.
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Rechazan que los estudiantes puedan trabajar y aprender mientras ven
la televisión o escuchan música.
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Prefieren los gráficos a los textos.
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No justifican que el proceso de enseñanza y aprendizaje pueda ser
divertido y ameno.
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Se inclinan por los accesos al azar (desde hipertextos).
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Funcionan mejor y rinden más cuando trabajan en Red.
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Tienen la conciencia de que van progresando, lo cual les reporta
satisfacción y recompensa inmediatas.
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Prefieren instruirse de forma lúdica a embarcarse en el rigor del
trabajo tradicional.
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Como vemos, las diferencias entre ambos, está puesta en el
acceso a las herramientas tecnológicas y las posibilidades que estas ofrecen al
usuario para desenvolverse en un contexto social, cultural y temporal
específico, condicionado sobre todo por la época en que nacieron, es decir la
edad de las personas.
Sin intención alguna de invalidar las afirmaciones antes
expuestas, sin negar que tienen un importante grado de validéz, me interesa
profundizar en la distinción/división que entraña el uso de los conceptos nativo-inmigrante digital. La primera
cuestión que me viene a la mente es ¿Nacer en determinada época, define por
default que una persona tenga desarrolladas unas competencias o
habilidades particulares en la utilización de determinada tecnología? Más aún, ¿Son
irrefutablemente válidos los argumentos en que se basa Prensky para afirmar que
los cerebros de los nativos e inmigrantes son fisiológicamente distintos?;
¿Estas diferencias cerebrales imposibilitan la interacción y coexistencia de
los sujetos?; ¿Están pues los profesores, (inmigrantes digitales) condenados a
ser excluidos de un nuevo sistema educativo creado expresamente para responder
a las “nuevas” maneras de pensamiento y procesamiento de la información de los
nativos digitales?
Estoy en total acuerdo con la urgencia que hace Prensky para
transformar el sistema educativo tradicional, pero no con base en las
distinciones generacionales expuestas, sino que, tal como lo refiere un
artículo del PENT (Proyecto Educación y Nuevas Tecnologías) “la distinción por
la edad es completamente falsa, innecesaria y predispone al conflicto. El
sistema escolar necesita ser revisado pero, como se menciona con anterioridad,
dicha revisión es necesaria debido a que la sociedad ha cambiado, no porque los
estudiantes tienen iPods”. http://www.pent.org.ar/centro-de-recursos/primer-documento-traducido-nativos-e-inmigrantes-digitales-un-concepto-aun-lejos-
Por otra parte, si la idea de que las estructuras cerebrales
son flexibles y se modifican con los estímulos recibidos por las experiencias
generadas en el entorno, sin importar la edad del sujeto, entonces me parece
que hay una contradicción en el planteamiento de la distinción
nativo-inmigrante, pues si los cerebros de los estudiantes nativos son
diferentes a los de los profesores inmigrantes, esta diferencia está
condicionada por las experiencias, no por la edad o la época en que cada uno ha
nacido, con lo que incluso, un niño que ha nacido en el año 2007 no habrá
podido desarrollar un cerebro de nativo digital si no cuenta con el acceso a la
tecnología y a las dinámicas sociales del paradigma de la sociedad del
conocimiento. Desde mi perspectiva, nadie es nativo o inmigrante digital, todos
aprendemos a vivir en nuestro tiempo, bajo las condiciones que ello implica, con la mirada puesta en resolver los retos del
presente, que nos demandan vivir en un mundo complejo, incierto y con cambios
acelerados.
Para profundizar en el tema sugiero consultar: http://www.marcprensky.com/writing/Prensky-NATIVOS%20E%20INMIGRANTES%20DIGITALES%20(SEK).pdf
Comparto enteramente tú última conclusión. Ahora, hay algo que a mí me preocupa en los discursos sobre la incorporación de las TIC'S en educacación: ¿Qué pasa con los contenidos? Me parece que en nuestros contextos existe un problema de acceso y apropiación de la cultura muy grave, que no se resuelve por sí sólo con el acceso a la tecnología. Es decir, sí la distinción anterior sobre inmigrante y nativo fuera correcta, entonces podríamos concluir que los niños son nativos digitales, pero inmigrantes de la literatura, la historia, la danza, el deporte, la política, la filosofía etc. Lo cual no significa que los que no nacimos en la era digital, fuimos nativos culturales.
ResponderEliminarDe acuerdo contigo Miguel, el desarrollo de habilidades y tener experiencias en el uso de la tecnología, es independiente de si se ha nacido o no en la era digital.
ResponderEliminarAhora bien, que para los que nacen en esta época es un tanto más "fácil" adaptarse al uso de las tecnologías es porque no se tiene temor a ellas, sobre todo a descomponerlas, pues el acceso a ellas está a todo lo que da y son fácil de adquirir, pues los chavos se encuentran rodeados de tecnología (ciber, celular, computadora, videojuegos, etc.,) y tienen la inquietud de explorar y sobre todo la libertad para hacerlo.
En otra época y que incluso me toco vivir, crecimos con poco acceso a la tecnología y la que existía debías cuidarla mucho y tener cuidado de no descomponerla, pues el costo no era tan accesible como ahora. Además que la complejidad y variedad de herramientas era por mucho menor e incomparable a lo que tenemos ahora.
Ya en cuestiones neurológicas no puedo abarcar, pues mis conocimientos son muy pocos, sin embargo, si que se que el estímulo constante despierta y alerta a las neuronas, por lo que no dudo que el cerebro si pueda desarrollarse más con el uso constante y creatividad en el uso de la tecnología. Por ejemplo, antes eran contados quienes podían tener una clase de robótica (en mis tiempos ni existía), y ahora desde primaria ya lo desarrollan y no dudo que esas prácticas sean estimulantes para el cerebro.
¡Bien por tu publicación, muy buena! y comparto tu idea.
A partir del minuto 5:06 Julio Cabero habla un tanto de nativos e inmigrantes digitales.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=zttm_KJQcdo&feature=relmfu